lunes

el teléfono


no es nuestro porque no tenemos: es el del piso de abajo. cuando la lavadora rompió aguas ayer por la mañana, algo se flitró por el suelo y le estropeó a la vecina dos cosas. el teléfono, y los huevos que tenía preparados para la cena. el caso es que la susodicha llegó a su casa por la noche, vio el panorama y subió aquí con un mosqueo bastante importante. patri la aguantó como pudo, la acompañó para ver el escenario del doble asesinato, y volvió a subir. cuando me explicaba la mirada por encima del hombro y hacia atrás con que la tía se aseguraba de que no iba a pisar su casa sin usar el felpudo, volvió a sonar el timbre. nos traían el teléfono y una amenaza: lo revives o lo pagas. lo primero pues no pudo ser, y lo segundo va a ser que tampoco. aquí cuando apareció el techo del baño dentro de la bañera, llamamos al superintendente, no a los vecinos. y también era un asunto de aguas. viendo como lo arreglaron, queda claro por qué los suelos no son impermeables. aquí parchean con cinta adhesiva si hace falta. cosas así no se ven en la calle 25. pero, por la 125, es muy normal.

3 Comments:

Blogger lotuyonotienenombre said...

sobreviviremos, creo. y eso sí que es una joyita. de vecina. no como estos. yo ya le he abierto la puerta a 3 de ellos, y siempre vienen de mal rollo. y tan malos vecinos no somos. creo.

5:29 a. m.  
Blogger Peibols said...

DESFRIBILADOR!!!!!

Cuentanos! Esto parece Urgencias con Dolly Cloney!
Un teléfono, un secador y una amenaza.

1:22 p. m.  
Blogger lotuyonotienenombre said...

tenías que haber visto la cara del abuelo cuando subió a por el teléfono... me pilló sólo en casa. se lo di, más muerto que cuando lo trajeron, y el hombre lo agarró y se lo llevó sin mediar palabra. ni bye ni nada. qué miedo pasé.

4:20 p. m.  

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