son muchos para una aventura gráfica, pero es increíble recordar lo increíbles que me parecían los gráficos entonces. claro que desde los juegos del zx spectrum hasta el loom, ya habían mejorado las cosas una barbaridad.
una oruga que no pierde el tiempo contando pétalos y pensando -me quiere, no me quiere-, se los come directamente y sólo piensa en acabarse uno para poder pasar al siguiente.