viernes

después de más

de cuatro años voy y me lo encuentro de bruces a las dos de la tarde. el muy ruina casi ni me reconoce. esta vez no acabamos como la otra, pero sí cambiando teléfonos -again- después de un par de besos que sí eran como los de la noche aquella de hace más de cuatro años. no lo pienso llamar porque hay gente a la que no por mucho llamar amanece más temprano. lo malo es que, en las distancias cortas, fue de nuevo como si lo conociera desde hace mucho más que cuatro años. si por lo menos no me hubiera pedido el número, estaría yo más tranquilo, sin poner a morrisey y mucho menos aquello de: i know my luck too well, and i'll probably never see you again, no i´ll probably never see you again, i'll probably never see you agaaain oh ...